En el Senado, el debate de la ley de Ficha Limpia está, por ahora, con final abierto porque si bien el peronismo tiene el bloque mayoritario, no cuenta con los votos asegurados y la alianza que Victoria Villarruel consiguió en diciembre de 2023 con los espacios dialoguistas quedó fragmentada después de la última sesión en la que se expulsó a Edgardo Kueider, el entrerriano que fue detenido en Paraguay con más de 200 mil dólares sin declarar.
Pero en la Cámara Alta, una de las interpretaciones que hacen entre los bloques de la oposición vinculan la media sanción de Ficha Limpia con la estrategia que tiene la Casa Rosada para conseguir la aprobación de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los propuestos por Javier Milei para la Corte Suprema de Justicia.
La especulación tomó más fuerza luego de que el Senado difundiera el despacho de la comisión de Acuerdos avalando la nominación del juez federal en momentos que en Diputados, el oficialismo se aseguraba los votos para la ley que traba la candidatura de Cristina.
«La media sanción de Ficha Limpia es para negociar con los K los jueces de la Corte. No van a sacar Ficha Limpia a cambio de los pliegos de Lijo y García – Mansilla», avisó un senador de la oposición no peronista. Otra fuente legislativa consultada por este diario dijo que de esta manera buscarán «presionar a Cristina para que acepte a los dos candidatos y sino van a bloquear su candidatura».
Más allá de esta teoría, el peronismo estaba cerca de conseguir los dos votos para bloquear Ficha Limpia ya que contaba con el acompañamiento de los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut. Los legisladores no son de anticipar su voto y es habitual que esperen la señal de su jefe político, Carlos Rovira, quien siempre se opuso a la propuesta por la desconfianza que tiene en los jueces provinciales. Pero, curiosamente, previo a la sesión en Diputados, desde el Frente Renovador misionero avisaron que acompañarán la propuesta en el Senado.
Con los votos de Arce y Rojas Decut, el oficialismo recuperaría el apoyo de 37 senadores que necesita para convertir en ley la iniciativa del Gobierno ya que se trata de una reforma electoral y exige una mayoría absoluta. Desde el entorno de la vicepresidenta no avalaron ninguna especulación y explicaron que la negociación está en manos de la Casa Rosada.
Lo cierto es que el tema de la Ficha Limpia generó tensiones en Diputados con fuertes cruces entre el oficialismo y el kirchnerismo. Desde un comienzo hubo fricciones porque Martín Menem, presidente de la Cámara, quiso limitar la lista de oradores para evitar una sesión maratónica, pero desde el bloque de Unión por la Patria rechazaron esa propuesta porque desde temprano Máximo Kirchner había bajado la orden para que intervenga la mayor cantidad de legisladores.
En el arranque, el libertario Nicolás Mayoraz defendió la propuesta y advirtió que este es «un primer paso» y anticipó que en el futuro se podrán “ampliar las figuras penales” de la ley. Mientras que Silvia Lospennato, una de las impulsoras de la iniciativa, aclaró que hubiera querido que haya Ficha Limpia hace diez años, cuando Cristina Kirchner «no estaba condenada ni en primera instancia”. De esta manera buscaba rechazar el argumento del kirchnerismo que la propuesta era para proscribir a la ex presidenta.
Miguel Angel Pichetto aprovechó el escenario para mandarle un misil a Cristina. «No estoy defendiendo a nadie en particular y si tuviera una condena doble conforme no me presentaría para no afectar los intereses de mi partido», dijo el jefe de Encuentro Federal, quien advirtió que esta propuesta es «una derrota del sistema político» y señaló que el artículo 66 de la Constitución permite decidir quién puede ingresar o no al Congreso.
Desde la Coalición Cívica, Juan Manuel López advirtió que no cree que Cristina Kirchner sea «una perseguida por medios de comunicación, opositores y juzgados corruptos». «Venimos pidiendo una ley que se le ocurrió a Alicia Carrió hace 4 o 5 años, que es auditar los juzgados federales porque si estuvieran auditados por ley Ariel Lijo hubiese salido último no sólo en el 2016». Por eso, el legislador también reclamó una nueva ley de ética pública, un pedido que también reclamaron desde el radicalismo.
La radical Karina Banfi defendió la propuesta y señaló que «se está rascando el fondo de la olla de la corrupción y de la degradación institucional de la Argentina». Mientras que Pablo Juliano, de Democracia para Siempre, cruzó al peronismo por anteponer la defensa del liderazgo de una persona por sobre la representación de los intereses de la ciudadanía. “Así le dan de comer a Milei», dijo el jefe del bloque que tiene como referentes a Facundo Manes y Martín Lousteau.