Con un timing que parece calculado al milímetro, el gobierno provincial de Tierra del Fuego recibió ayer el visto bueno del Superior Tribunal de Justicia (STJ) para avanzar con la reforma de la constitución. La decisión, que habilita un proceso largamente esperado por el oficialismo, pone en marcha un reloj político que ya no se detiene.
Según el fallo, el Poder Ejecutivo tiene un plazo de 210 días para convocar por decreto a las elecciones de los convencionales constituyentes, un paso clave para reescribir la carta magna de la provincia. La cuenta regresiva ya ha comenzado y, según observadores políticos, el gobierno no ha perdido el tiempo.
Casualmente, el mismo día del fallo, el gobernador y el intendente de Ushuaia, quien también preside el PJ fueguino, anunciaron un nuevo frente político llamado “Unidad para defender Tierra del Fuego”. Este acuerdo, que solidifica una alianza que lleva casi una década, demuestra la coordinación y la fuerza con la que el oficialismo se prepara para el proceso que se avecina.
En el mundo de la política fueguina, tan intensa y llena de sorpresas, estos movimientos no pasan desapercibidos. Con las listas a punto de cerrarse, el gobierno parece estar «ganando el primer tiempo» del partido, habiendo logrado dos objetivos cruciales en una sola jornada.
El «segundo tiempo» empezará con la oficialización de los candidatos. El partido, sin tiempo extra ni penales, se definirá en octubre, cuando las urnas de toda la provincia den a conocer el veredicto final.