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agosto 13, 2025
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En una reciente reunión legislativa, el presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luis Iglesias, instó a la provincia a avanzar en el desarrollo de la acuicultura, siempre bajo un estricto control ambiental. Iglesias enfatizó que «no se trata de imponer una visión, pero sí de avanzar con responsabilidad» para aprovechar el potencial productivo de la región.

Iglesias señaló las contradicciones existentes en el uso de los recursos marítimos, destacando la falta de infraestructura local. «Tenemos pescadores artesanales en la zona norte, pero no existen plantas procesadoras que permitan mantener el pescado fresco para el consumo», ejemplificó, comparando la situación de la provincia con la de la comuna de Porvenir, en Chile, donde el pescado fresco sí está disponible.

El representante de la Cámara de Comercio criticó la «demonización» que rodea al tema de las salmoneras y la parálisis de las iniciativas productivas. Puso como ejemplo la trucha, un símbolo de la pesca deportiva en Río Grande, que también es criada artificialmente. Además, lamentó que, mientras flotas extranjeras explotan el mar sin restricciones, la provincia no avance. «Chile exporta mil millones de dólares en acuicultura y parte de esa producción sale por Río Grande, mientras que nosotros, con todo el potencial, seguimos sin producir», expresó.

Iglesias también cuestionó un «doble estándar» en la producción, señalando que la crianza de vacas, pollos y ovejas es aceptada, pero la de peces parece estar mal vista, a pesar de que el pacú del Paraná es de criadero. Defendió que la zona de Río Grande cuenta con condiciones técnicas favorables para la acuicultura, como las mareas que permiten una «limpieza natural del agua», a diferencia del Canal Beagle.

Para concluir, Iglesias lamentó la falta de criterios uniformes en la provincia y la parálisis que impide el avance productivo. «O lo hacemos bien, o seguimos en la nada», sentenció.

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