El triunviro de la CGT, Héctor Daer, no lo dudó y, rodeado de buena parte del consejo directivo de la central obrera, anunció que el tercer paro general contra el gobierno libertario fue un «éxito rotundo». Pero no se contentó con ello y advirtió que toda la jornada de acción sindical lo fue.
Se refería también a la masiva movilización del día anterior, el miércoles 9 de abril, donde junto a fuerzas políticas y sociales acompañaron a los jubilados y jubiladas colmando la plaza de Los Dos Congresos. Por otra parte, anunció que la CGT ya está preparando la movilización del próximo 1º de mayo y no descartó que se puedan organizar otras medidas de acción directa mientras el gobierno de Javier Milei mantenga sus políticas de ajuste, los despidos y el freno a las negociaciones paritarias. Cuando le dijeron que la Casa Rosada decía que la medida de fuerza resultó un fracaso, el triunviro resaltó que «el principal emprendimiento estratégico y productivo de la Argentina, que es Vaca Muerta, hoy está totalmente parado». Sus compañeros lo aplaudieron.
Los triunviros Daer, Carlos Acuña (estaciones de servicio) y el camionero Octavio Argüello, siguieron desde temprano las alternativas de la tercera huelga general contra Milei. Sabían que la imagen de los colectivos de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) circulando por las calles porteñas sería, en definitiva, el único argumento del gobierno libertario para repudiar la medida de fuerza. Igual, en la CGT no dejarán pasar así como así la defección de los colectiveros.
A la Secretaría de Interior, que integran los metalúrgicos Abel Furlán y Horacio Otero, fueron llegando los informes de las diferentes regionales de la CGT, son 80, con el nivel de acatamiento al paro lanzado por la central obrera y al que se sumaron las dos CTA. Eso informes mostraban que en varias provincias, como Santiago del Estero, Catamarca y Misiones, entre otras, las regionales de la UTA se habían plegado al paro. Esa fue una de las razones por la que Daer, al momento de la conferencia de prensa, no fue todo lo contundente que deseaba contra la conducción nacional del gremio de los colectiveros.
El freno de la actividad bancaria, la administración pública, las estaciones de servicios, la recolección de residuos, el servicio aéreo, el transporte marítimo, los puertos, los trenes e incluso la tarea parlamentaria, le dio fortaleza y contundencia al paro.
La circulación de colectivos, para alegría del gobierno, generó la imagen de una menor intensidad de la medida de fuerza. Sin embargo, para un dirigente sindical de larga trayectoria esa imagen no representaba la realidad. «Todos los días ingresan a la Ciudad de Buenos Aires algo así como tres millones de personas para trabajar. Esa cantidad no se vio porque los colectivos circulaban, pero no colmados como ocurre cuando por ejemplo no funciona el subte», advirtió a este diario y destacó que este jueves tampoco hubo trenes por lo que el servicio de colectivos debía haberse visto desbordado y eso no sucedió. «El gobierno puede decir lo que quiera, pero la gente que no fue a trabajar fue porque adhirió al paro, que fue un éxito», aseguró.