El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, usó Twitter para ratificar este lunes que la provincia alambrará 200 metros de la frontera con el Estado Plurinacional de Bolivia, en la localidad de Aguas Blancas, extremo norte de la provincia. Más tarde hizo lo propio la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, confirmando la información que adelantó este fin de semana Página/12.
Durante la mañana también lo había ratificado el interventor municipal del pueblo fronterizo, Adrián Zigarán. Del otro lado del río Bermejo, que en esta parte de la geografía hace de línea divisoria entre los estados argentino y boliviano, al menos tres altos funcionarios del gobierno de Luis Arce pusieron reparos a esta iniciativa sin un diálogo previo entre ambos países.
«Con el objetivo de seguir garantizando la seguridad y el orden urbano, y en respuesta a un pedido del Gobierno nacional, hemos decidido encauzar el control fronterizo en el marco del #PlanGüemes», sostuvo el gobernador Sáenz en Internet. Dijo que el cerco, un alambrado olímpico, según las precisiones que dio ayer el gobierno salteño, se hará «para asegurar el cumplimiento normativo, proteger las vías legales de ingreso y ofrecer un entorno más seguro para todos».
El alambrado recorrerá 200 metros desde el parador y terminal de ómnibus de Aguas Blancas hasta los controles de Aduanas y Migraciones ubicados en el Puerto de Chalanas. Este es uno de los dos pasos habilitados en el departamento Orán para el intercambio entre ambos países; el otro es el puente internacional sobre la ruta nacional 50.
«Con esta infraestructura, brindaremos mejores condiciones para una migración ordenada y segura, previniendo el contrabando y el tráfico ilegal, y fortaleciendo la economía local», aseguró el gobernador. «Se propicia un marco de colaboración interinstitucional, donde las distintas fuerzas podrán unificar criterios y planificar estrategias de vigilancia conjunta», agregó en un mensaje que terminó con la frase: «Seguimos trabajando junto a Bullrich para cuidar a los salteños y a los argentinos. Ni un paso atrás».
«Desde el Gobierno Nacional impulsamos la cerca en Aguas Blancas para cuidar a los argentinos del narcotráfico. Por eso, con el Plan Güemes incorporamos una nueva medida de refuerzo al control en la frontera, que se encontraba completamente descontrolada», respondió Patricia Bullrich en un posteo en el que reprodujo un comunicado del Ministerio de Seguridad de la Nación.
Aunque Nación, Provincia y municipio comparten lugares comunes sobre el complejo mundo de la frontera, a la hora de buscar al autor de la idea del alambrado, hay diferencias.
El interventor Adrián Zigarán viene aclarando que el pedido surgió de la cartera de Seguridad nacional; el gobierno salteño también dijo que fue del gobierno nacional. El comunicado del Ministerio de Seguridad nacional pone otro matiz: bajo el título «Plan Güemes: una cerca para proteger a los argentinos y frenar el ingreso de cocaína a nuestro país», subraya que el alambrado fue una decisión conjunta de la mesa de coordinación de este Plan, que integran las tres instancias estatales.
«Vulnera principios de convivencia pacífica»
En el vecino Estado de Bolivia las bravatas argentinas no están cayendo muy bien. Al comunicado del 26 de enero en el que la Cancillería de ese país expresó su «preocupación» por la decisión unilateral de levantar un alambre del lado argentino, ayer se sumaron expresiones de dos ministros y de la ministra de la Presidencia.
El ministro de Justicia, César Siles, fue el más enfático: “Consideramos que la simple idea, más aún si se convierte en una política pública o en un mandato del Presidente de Argentina vulnera los principios más elementales de convivencia pacífica del derecho internacional», sostuvo en una rueda de prensa que reprodujo el canal de televisión boliviano Cadena A. Siles consideró que las Naciones Unidas y la OEA «deberían de condenar esos hechos».
La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, informó por su parte que están «analizando esta situación» y adelantó que el gobierno de Bolivia estará en contacto con su par de Argentina.
En seguida, la ministra recordó que es activista “de una ciudadanía mundial donde no existan muros ni vallas ni nada que nos separe». Sin embargo, reconoció que es necesario «fortalecer» los controles en la frontera, y dijo que esto se debe hacer en coordinación «no solo entre gobiernos nacionales, sino entre gobiernos que están en la fronteras municipales» para «luchar contra toda forma de contrabando”.
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, también fue consultado sobre el entredicho con el gobierno de Javier Milei. “Nosotros no vamos en ningún caso a buscar tener ningún tipo de fricción, por lo tanto ahí viene el elemento clave de siempre sentarse, hablar, congeniar, porque creo que esa es la buena relación que tiene que darse entre los vecinos”, dijo.
Tanto Prada como Montenegro señalaron que en este momento en su país se está dando el fenómeno del llamado contrabando a la inversa, de salida de productos bolivianos a países vecinos donde se venden a precios más altos que en su territorio. Esta práctica motivó que a fines del año pasado el gobierno boliviano reforzara los controles en sus fronteras.
Alambrado de púas y puntas afiladas
El gobierno de Salta dio los detalles del alambrado en Aguas Blancas, que será del tipo olímpico. En el tramo de 200 metros que va desde la terminal de colectivos hasta la oficina de Migraciones «se construirán 3 puertas de acceso para el uso de fuerzas de seguridad», precisó.
El cerco estará compuesto por postes de 3.5 metros, estos postes serán de hormigón armado reforzados y serán dispuestos cada 4 metros de distancia con puntales de refuerzo cada 4 postes. Serán enterrados 70 centímetros con hormigonado «con un dado de hormigón de 40x40x70 centímetros».
El alambrado que se usará será del tipo romboidal, de «acero calibre 14 con rombos de 5 centímetros máximo, en la parte superior se colocarán 3 hilos de alambre de púas y sobre estos, alambre concertina» (tipo de alambre de acero galvanizado con puntas afiladas). Además, llevara un zócalo de hormigón entre postes de 40 centímetros de alto x 15 centímetros de espesor.
El procedimiento de contratación adoptado es «de adjudicación simple, con modalidad por ajuste alzado», es decir que se fijará un precio para la totalidad de la obra y ese monto se mantendrá inamovible. Se calcula que la obra concluirá en 60 días.
Fuente: Elena Corvalán / P12