En el umbral de su vigésimo aniversario, la Asociación Civil Escuela Deportiva YOPPEN se erige como un pilar fundamental en el entramado social y deportivo de Río Grande. Más que una simple escuela de básquetbol, YOPPEN ha tejido durante dos décadas una historia de contención, formación integral y un profundo sentido de pertenencia. Info Global Sur tuvo el privilegio de conversar extensamente con su visionario fundador, Cote Romano, quien con pasión y emoción desentraña los orígenes, los desafíos superados y los anhelos que continúan impulsando a esta querida institución.
IGS: Cote, muy buenos días. Agradecemos enormemente tu tiempo para compartir con nuestros lectores la fascinante historia de YOPPEN. Para comenzar, nos gustaría que te presentes formalmente y nos relates con detalle cómo surgió la idea germinal de este proyecto que hoy cumple dos décadas de vida.
CR: ¡Muy buenos días a ustedes y a toda la audiencia de Info Global Sur! Mi nombre completo es Jorge Eduardo Romano, aunque en el ámbito deportivo y entre amigos soy conocido cariñosamente como Cote Romano. Soy un orgulloso riograndense, hijo de esta tierra. Mi camino en el deporte y la educación física se vio fuertemente influenciado por mi profesor de la escuela secundaria, Oscar Lassalle. Él fue quien me inspiró a seguir sus pasos y estudiar Educación Física en la ciudad de Viedma, una institución que también lo formó a él. Fue en ese contexto académico donde la vida me tenía preparada una de sus más hermosas sorpresas: conocí a Mónica Celi, mi compañera de vida, una talentosa profesora de Educación Física y danza, oriunda de la vecina ciudad de Trelew, en la provincia de Chubut. Juntos, hemos construido un hogar y criado a nuestros tres maravillosos hijos: Luciana, Antonela y Lucas. La alegría se multiplicó con la llegada de nuestros dos nietos, Galo, un pequeño torbellino de 8 años, y el dulce Vico Nanco, de apenas 2 añitos. Ellos son la energía renovadora, la motivación intrínseca que impulsa mis proyectos y me recuerda la importancia de sembrar valores en las nuevas generaciones.
IGS: Para aquellos que quizás se acerquen por primera vez a la historia de YOPPEN, ¿podrías detallarnos qué es exactamente esta asociación civil y cuál fue la chispa inicial, la necesidad o la visión que dio origen a su creación?
CR: YOPPEN nació de una observación muy directa y sentida durante mis primeros años como profesor de Educación Física en una escuela primaria de Río Grande. Al finalizar la jornada escolar, notaba la energía residual, las ganas de seguir moviéndose y jugando que tenían muchos de los niños y niñas. De manera espontánea, comencé a quedarme con ellos en horario vespertino, ofreciéndoles un espacio para seguir disfrutando de la actividad física. A esta iniciativa se sumaron también hermanos y vecinos de la escuela, creando un grupo heterogéneo en edades pero unido por la pasión por el juego.
Mi propia trayectoria como jugador y luego como entrenador de básquetbol me brindó las herramientas y la visión para canalizar esa energía. Así surgió una pequeña escuelita de básquetbol, que rápidamente comenzó a interactuar con otras instituciones educativas a través de encuentros amistosos. Fue una etapa muy gratificante, donde pude ver el impacto positivo del deporte en el desarrollo de los niños. Hoy, después de tantos años, encontrarme con muchos de aquellos alumnos convertidos en adultos responsables, con sus propias familias, me llena de una profunda satisfacción y me trae recuerdos imborrables de esos primeros momentos, donde la prioridad era simplemente jugar y divertirse. La educación física en la escuela, y la posibilidad de extender esa experiencia lúdica más allá del horario escolar, demostró ser un factor crucial en su formación integral.

Con el paso del tiempo, la cantidad de chicos y chicas interesados en participar creció de manera significativa, abarcando un rango de edad cada vez mayor, desde los 6 hasta los 12 o 13 años. En ese punto, sentimos la necesidad de formalizarnos, de adquirir una identidad institucional sólida. Éramos conscientes de que los diferentes estamentos gubernamentales ofrecían programas de apoyo a las organizaciones deportivas que contaban con su documentación en regla. Fue entonces cuando, junto a mi familia y un grupo de amigos entrañables que también eran padres de los chicos que asistían a la escuelita, tomamos la decisión de dar un paso adelante y constituirnos como un club.
Uno de los desafíos iniciales fue encontrar un nombre que representara nuestros valores y generara un fuerte sentido de pertenencia entre los chicos y sus familias. Buscábamos algo que nos conectara con nuestra identidad local, con la historia de nuestra tierra. Fue así que, junto a Mónica, mi esposa, visitamos el museo local en busca de inspiración en las lenguas originarias. Entre las diversas opciones que encontramos, la palabra «YOPPEN» resonó de manera especial en mi corazón. Proveniente de la lengua Selk’nam, también conocida como Ona, el pueblo indígena ancestral que habitó estas tierras de Tierra del Fuego, «YOPPEN» significa «AMIGO». Este significado encapsulaba perfectamente el espíritu que queríamos imprimirle a nuestra institución: un espacio de encuentro, de camaradería y de apoyo mutuo a través del deporte.
A partir de ese momento, contamos con la invaluable colaboración de varias personas que nos ayudaron desinteresadamente en la redacción del acta constitutiva y en los engorrosos trámites para obtener la personería jurídica. Finalmente, el 25 de abril del año 2005, nuestro sueño se materializó y nos constituimos formalmente como Asociación Civil Escuela Deportiva. Sin embargo, en aquel entonces, por cuestiones administrativas, no pudimos registrar el nombre de fantasía YOPPEN de inmediato, por lo que inicialmente fuimos reconocidos legalmente con nuestra denominación formal. Con el tiempo, y gracias al arraigo que el nombre YOPPEN había adquirido en la comunidad, logramos que se nos identificara popularmente como YOPPEN BASQUETBOL, nombre con el que somos conocidos y queridos hasta el día de hoy.
IGS: En este significativo vigésimo aniversario, al hacer un ejercicio de retrospectiva y observar la trayectoria de YOPPEN, ¿cuáles son las imágenes, los logros y las emociones más intensas que afloran en tu memoria?
CR: Al mirar hacia atrás, la primera imagen que se me viene a la mente es la de esos primeros niños y niñas, con su entusiasmo desbordante y sus ganas de aprender. Recuerdo sus risas, sus esfuerzos, sus pequeñas victorias en la cancha. Como institución deportiva, siempre tuvimos la mirada puesta en el futuro, en la búsqueda constante de recursos para mejorar, de elementos deportivos adecuados para nuestros alumnos, de espacios dignos donde pudieran desarrollarse. La capacitación constante de nuestros profesores y entrenadores siempre fue una prioridad, porque sabíamos que contábamos con el activo más valioso: esos jóvenes llenos de potencial, con una pureza y unas ganas de aprender que eran nuestra mayor motivación. Mi agradecimiento eterno a los padres que confiaron en nosotros desde el primer día y que han seguido apoyando nuestro proyecto a lo largo de estos años.

Pero mirar hacia atrás también es evocar el rostro de tantas personas que, de manera silenciosa y desinteresada, aportaron su granito de arena para que YOPPEN llegara hasta donde está hoy. Es ver cómo familias enteras se han sumado al espíritu del club, sintiéndolo como propio, participando activamente en sus actividades y proyectos. Y la mayor satisfacción, sin duda, es constatar cómo YOPPEN ha contribuido al desarrollo deportivo de nuestra provincia, formando una cantera importante de jugadores en todas las categorías, muchos de los cuales han tenido el honor de vestir la camiseta de Río Grande y de Tierra del Fuego en diferentes competencias. Verlos crecer como deportistas y como personas es el mayor logro que podemos celebrar en este vigésimo aniversario.
IGS: Hoy, al cumplir dos décadas de vida, ¿qué representa YOPPEN para la ciudad de Río Grande? ¿Cuál consideras que es su rol fundamental en el tejido social y deportivo de la comunidad?
CR: En un contexto social donde cada vez existen más opciones de actividades deportivas y culturales, YOPPEN se ha consolidado como un espacio de referencia para la práctica del básquetbol, pero también como un lugar de contención y formación en valores esenciales para la vida. Creemos firmemente que el deporte es una herramienta poderosa para el desarrollo integral de niños, jóvenes y adultos, alejándolos de los riesgos y las problemáticas que lamentablemente acechan en nuestra sociedad actual.
Hoy, con humildad pero con orgullo, puedo afirmar que YOPPEN goza de un amplio reconocimiento en todo el ámbito deportivo local y provincial. Se nos identifica como una institución seria y comprometida con la enseñanza de calidad, gracias al profesionalismo y la dedicación de todo nuestro plantel de profesores y entrenadores, quienes no solo transmiten conocimientos técnicos y tácticos, sino también valores fundamentales como el respeto, el compañerismo, la disciplina y el esfuerzo. No puedo dejar de destacar el rol crucial de las comisiones de padres, cuyo apoyo constante, tanto en lo organizativo como en lo económico, es un pilar fundamental para el sostenimiento y el crecimiento de nuestro club. YOPPEN es hoy un lugar donde se forjan no solo deportistas, sino también ciudadanos comprometidos y con un fuerte sentido de pertenencia a su comunidad.

IGS: Finalmente, Cote, mirando hacia el futuro, hacia los próximos años de YOPPEN, ¿cuáles son los sueños, las aspiraciones y los principales desafíos que vislumbran en el horizonte?
CR: En el día a día, observamos con gran satisfacción cómo cada vez más personas se interesan por nuestra propuesta deportiva. Sin embargo, esta creciente demanda nos enfrenta a uno de nuestros mayores desafíos: la falta de espacios adecuados e infraestructura propia. Actualmente, dependemos de la generosidad de instituciones educativas que nos ceden gentilmente sus gimnasios para poder llevar adelante nuestras actividades. Estamos profundamente agradecidos por esta colaboración que se ha mantenido a lo largo de los años y que ha sido fundamental para nuestra continuidad.
Sin embargo, nuestro gran sueño, la aspiración que guía nuestros esfuerzos a futuro, es poder contar con un espacio propio, un gimnasio o un predio que se convierta en nuestra sede definitiva. Esto nos permitiría no solo ampliar nuestra oferta de básquetbol, abarcando a más categorías y sumando nuevas disciplinas deportivas, sino también extender nuestras actividades hacia las familias de nuestros alumnos, ofreciendo talleres, actividades recreativas y un espacio de encuentro comunitario. Creemos firmemente en el rol fundamental de la familia como pilar del desarrollo de nuestros jóvenes, y contar con una sede propia nos permitiría fortalecer ese vínculo y ofrecer un espacio de contención y participación para todos. Ese es nuestro horizonte, el sueño que anhelamos alcanzar en los próximos años, para seguir sembrando amistad, deporte y comunidad en el corazón de Río Grande.
Desde Info Global Sur, extendemos nuestro más sincero agradecimiento a Cote Romano por esta profunda y reveladora conversación, que nos permitió conocer en detalle la rica historia y el espíritu inquebrantable de YOPPEN. Invitamos a toda la comunidad de Río Grande a unirse a la celebración de este importante vigésimo aniversario el próximo domingo 27 en el gimnasio de la Escuela 7. ¡Felicitamos de todo corazón a cada uno de los integrantes de la gran familia de la Asociación Civil Escuela Deportiva YOPPEN por estas dos décadas de invaluable labor, deseándoles que sus sueños de crecimiento se materialicen y que disfruten de un merecido festejo junto a toda su comunidad!